Resumen bíblico del mes de octubre.
![]() |
Dios no desecha a Su pueblo
Jeremías proclama la Palabra de Dios poniendo
en riesgo su vida; pero ni el rey ni el pueblo de Judá inclinan su oído para
escucharlo. Dios tomará a las naciones gentiles como Su instrumento para castigar
a Su pueblo. Después de juzgar a las naciones que se han enaltecido y han
ejercido violencia, hará que Israel vuelva de su cautiverio. Dios es Salvador;
Él es Misericordioso, perdona a Su pueblo escogido y lo restaura.
La aflicción de Jeremías (34:1-45:5): a diferencia de los falsos profetas que dicen lo que a la gente le
agrada oír, el mensajero de Dios que anuncia fielmente Su Palabra es muchas
veces perseguida.
Liberación de Jeremías (40:1-16): a Jeremías lo dejan libre camino a Babilonia y acude a Gedalías, quien
fue nombrado gobernador de Judá por el rey de los caldeos. Los soldados y el
pueblo de Judá que quedaron dispersos se reúnen en Mizpa. Gedalías les exhorta
a establecerse en la tierra de Judá y servir a Babilonia.
La muerte de Gedalías (41:1-18): Ismael y algunos príncipes del rey matan a Gedalías y a sus
soldados, y además la quitan la vida a setenta hombres que se dirigen al
templo. Johanán y los jefes militares liberan al pueblo de la mano de Ismael.
Por temor a Babilonia, se dirigen hacia Egipto y se quedan cerca de Belén.
La oración de Jeremías (42:1-22): Johanán, los oficiales y el pueblo piden a Jeremías que ore a
Dios, y declaran estar dispuestos a obedecer Su Palabra. Al cabo de diez días,
reciben respuesta de Dios, quien les dice que no deben ir a Egipto, sino
permanecer en Judá. No deben temer, por cuanto Dios los rescatará de la mano
del rey de Babilonia. El profeta les advierte que morirán a espada, de hambre y
de pestilencia, si desobedecen y se van a Egipto.
Los que confían en Egipto (43:1-13): hay quienes oran, sin renunciar su propia opinión, y cuando la
respuesta de Dios no coincide con sus expectativas, desobedecen. Johanán y
todos los varones soberbios desacatan las instrucciones de Dios y acusan a
Jeremías de mentiroso. Al final, se llevan al remanente de Judá, a Jeremías y a
Baruc a Tafnes, Egipto. Allí, el profeta anuncia que Dios juzgará a Egipto por
medio de Nabucodonosor, el rey de Babilonia, y que pondrá fuego en los lugares
altos.
Los idólatras (44:1-19): Dios ha mandado constantemente profetas al pueblo de Judá,
advirtiéndoles de su idolatría; mas ellos no quisieron oír. Por tanto, Dios los
juzgará y su tierra quedará asolada. Habiendo visto todo el mal que cayó sobre
Jerusalén, no temen a Dios, sirven a dioses ajenos, desobedecen a la Palabra y
toman el camino de su propia perdición. Ellos consideran que Egipto es una
tierra segura y próspera. Pero Dios traerá mal sobre Su pueblo, por dirigirse a
esa nación en desobediencia. Sin embargo, ellos están convencidos de que han
gozado de prosperidad gracias a los ídolos; y aseguran que si tienen
necesidades es porque han dejado de servir a los dioses.
Señal del juicio (44:20-30): Jeremías anuncia la Palabra de Dios al pueblo de Judá en Egipto.
Por haber ido tras los ídolos en lugar de buscar a Dios, todos perecerán,
excepto unos pocos que volverán a su tierra escapando del mal. Como señal de
esto, Dios entregará a Hofra, el faraón de Egipto, en las manos del rey de
Babilonia.
La salvación de Baruc (45:1-5): Baruc es el escriba que registra las palabras que Dios profetiza a través de Jeremías. Baruc se lamenta con dolor a falta de paz; pero Él promete guardar y velar por su vida en el día del juicio sobre la tierra.
Juicio sobre las naciones gentiles
(46:1-51:64): Dios utilizará a los pueblos gentiles
para corregir el pecado de Su pueblo escogido. Después, reprenderá a las
naciones gentiles que se enaltecerán en su corazón tratando con violencia al
pueblo de Dios. Toda nación que se haya levantado en contra de Israel perecerá.
Juicio contra Egipto (46:1-28): en el cuarto año de Joacim, rey de Judá, Jeremías anuncia el
juicio de Dios contra Egipto. Aunque el faraón Necao mató al rey Josías, quien
lideró la reforma religiosa (2 Reyes 23:24-30), él será derrotado por Nabucodonosor
en Carquemis. Dios entregará al ejército egipcio en las manos de sus enemigos,
por jactarse de su poder y fuerza, para que sean avergonzados y derrota dos. La
tierra de Egipto será asolada, y sus moradores serán llevados cautivos. Dios
utilizará a Babilonia como Su instrumento, para juzgar a Egipto, sus ídolos y
todos los que confían en esta nación. Pero después, Egipto será restaurado, y
Su pueblo Israel volverá de su cautividad. Dios castiga el pecado de Su pueblo
escogido; pero no los destruye del todo.
Juicio contra Filistea (47:1-7): Filistea es una nación conformada por cinco ciudades Estado:
Ecrón, Asdod, Ascalón, Gaza y Gat. Es una nación cruel y violenta, que afligió
a Israel por largo tiempo. Este pasaje es la Palabra de Dios a Jeremías sobre
Filistea, antes de que el rey de Egipto atacase a Gat: se levantará Babilonia
del norte, para atacar y hollar a Filistea. Así los juzgará Dios por sus
pecados.
Juicio contra Moab (48:1-47): por su soberbia, Moab será juzgada para su confusión y
vergüenza. No se alabará ya más Moab; se oirá el clamor de sus pequeños. Ni los
bienes ni los tesoros ni su ídolo Quemos podrán socorrerle, aunque haya
depositado en ellos su confianza. Si bien ha gozado de riquezas y de paz por
largos días, para su trágico fin será juzgada por el Rey, cuyo nombre es
‘Jehová de los ejércitos'. Con facilidad caemos en la soberbia cuando gozamos
de paz y prosperidad, porque confiamos en nuestras fuerzas. Cuando Moab veía la
aflicción de Israel, se burlaba de él, con soberbia en su corazón. Dios
castigará su jactancia; serán motivo de burla, cuando sean quebrantados como
vasijas, por haber sacrificado a ídolos en lugares altos. No obstante, hay
esperanza para Moab, porque, en los postreros tiempos, Dios le concederá Su
gracia restauradora.
Juicio contra Amón (49:1-6): siendo descendientes de Lot, los amonitas tienen parentesco con
los israelitas. Sin embargo, Amón no ha sido benevolente con Israel. Dios
juzgará a este pueblo por haber desposeído a Gad para establecerse en sus
ciudades, y devolverá esas tierras a Israel. Amón será asolado por haberse
enaltecido, por confiar en los ídolos y en las riquezas; y será llevado cautivo
a otras naciones. No obstante, Dios los hará retornar a su tierra.
Juicio contra Edom (49:7-22): Edom se había establecido en una ciudad difícil de ser conquistada por sus características geográficas (Abdías 1:3). A esto, se sumaron la sabiduría de Temán y la habilidad comercial de Dedán, para enaltecerse aún más en su corazón. Descendientes de Esaú, hermano mayor de Jacob, aborrecieron a Israel y se gozaron de ver la destrucción de sus hermanos. Por eso, Jeremías profetiza palabra de juicio divino contra Edom. Aquello en lo que Edom ha puesto su confianza, será destruido; todo aquel que pase por su territorio se asombrará y conocerá a Dios.
Juicio contra Damasco (49:23-27): Damasco, ciudad capital de Siria, es una hermosa ciudad, es
como un oasis en medio del desierto. Dicha nación pacífica, que ha vivido
confiadamente, será destruida completamente. Después de haber disfrutado de
gozo y paz, será destruida para temblor y angustia; así serán juzgados por su
violencia (Amós 1:3-5).
Juicio contra Cedar y Hazor (49:28-33): Cedar y Hazor son tribus árabes que se habían establecido en el
desierto de Arabia, al este de Israel. Vivían en el desierto y se confiaban de
sus muchos ganados, en lugar de confiar en Dios. Dios utilizará a
Nabucodonosor, rey de Babilonia, para juzgarlos. Sus bienes serán saqueados y
su pueblo dispersado; serán azotados con toda clase de calamidades.
Juicio contra Elam (49:34-39): ubicado al oriente del río Tigris, Elam es un pueblo hábil para
atacar con arco y flechas. Pero Dios quebrantará aquello en lo que Elam ha
puesto su confianza; y dispersará a este pueblo entre las naciones. Pero
acontecerá, en los últimos días, que hará volver a los cautivos de Elam.
Juicio contra Babilonia (50:1-51:64): Jeremías anuncia juicio sobre Babilonia, después de ser
utilizada para castigar al pueblo de Dios.
Comentarios
Publicar un comentario